Cuerpo 2.0

Uno de los placeres inconfesables para la mayoría de la gente es dormir. Precisamente con el sueño, está relacionado un estudio que en resumen, viene a establecer que cuanto más tarde nos vayamos a la cama, más aumentan las probabilidades de engordar, así que mucho ojo, no todo está en la dieta.

El estudio, realizado por el centro hospitalario de la Universidad de Pennsylvania, refleja una relación directa entre la calidad y cantidad del sueño y el estado de salud de los sujetos que que fueron protagonistas del estudio. A peor salud, peor calidad del sueño.

Circunstancias como la obesidad, un mal de nuestro tiempo, y el sobrepeso, aumenta de manera considerable las posibilidades de sufrir insomnio, estrés o caer en la ansiedad. En el estudio se destaca que llegados a un punto, existe una cristalina “retroalimentación” que a lo largo del tiempo no hace más que minar la salud de las personas con estos problemas.

Menos sueño, menos saciedad

Los resultados de la investigación no pueden ser más claros, la interrupción del ritmo normal del sueño en una sola ocasión es suficiente y provoca en el organismo una necesidad de sumar a la dieta alimentos con alto indice de grasa. Al cansancio físico que arrastran las personas con problemas a la hora de tener un descanso estable, hay que añadir un aumento del apetito. Es decir, este tipo de personas, tenderán a comer más durante las horas nocturnas en las que no puedan conciliar el sueño. Imagina que sigues una dieta y que por la noche lo tiras todo por la borda. Por sexos, la ganancia de peso bajo estas circunstancia es más acusada en los hombres que en las mujeres.