Cuerpo 2.0

A pesar de todas las salvedades que debemos poner a una acusación de dopaje, el caso de la atleta Marta Domínguez, vuelve a dejar claro que la situación de la justicia y de determinados sectores de la sociedad es más que preocupante. Junto a Eufemiano Fuentes, el deporte español ha sufrido un golpe que para mí, revela una verdad incómoda.

(Cuerpo 2.0) Una vez terminada la operación "Galgo" de la Guardia Civil, en la que se realizaron seguimientos, escuchas (legales) y grabaciones de vídeo, parece que cuando todo ha entrado en el estadio judicial, comienza el verdadero “baile de intereses”. Es interesante mirar hacía atrás y recuperar las declaraciones de unos y otros. Centrándonos en Marta Domínguez, inocente hasta que se demuestre lo contrario, y que extrañamente nunca la he escuchado decir que no se ha dopado durante su carrera deportiva, algo huele a podrido en Palencia. Tengo preguntas que como aficionado decepcionado, están sin responder:

- ¿Por qué no dices que nunca te has dopado y sin embargo dices que nunca has traficado con sustancias dopantes?

- ¿Por qué no te comunicas con los aficionados y les dices que es falsa la acusación?

- ¿Por qué muchos de tus compañeros te esperan con la escopeta cargada?

- ¿Cómo conseguiste el desarrollo muscular tan acusado cuando afrontaste la final de “obstáculos”? (sé que se puede conseguir con mucho entrenamiento, pero además de ilusión, hay cosas que ayudan a prolongar y aumentar la intensidad de los mismos)

- ¿Cómo puedes mantener esa frialdad ante el gran público?

- ¿Impartes clases de lengua en clave?

Eufemiano, el emperador está desnudo

Eufemiano Fuentes era el malo, el “hombre del saco”, una persona capaz de robarle el manto a una virgen (exageración). Estaba en todos los medios de comunicación, todo el mundo hablaba de él, pero bastó que se publicará una supuesta frase suya (si hablara, no tendríamos mundial de fútbol), para que días después desapareciera de la actualidad informativa. Por lo que esto también me genera una serie de cuestiones sin resolver:

- ¿Tenemos miedo de lo que puede decir?

- ¿En que equipo profesional de fútbol prestó sus servicios y “abandonó” de un día para otro?

- ¿Qué jugador de fútbol de Primera División recurrió a las autotransfusiones para acelerar su recuperación?

- ¿Por qué están tan tranquilo el doctor?

- ¿Por qué los medios de comunicación se han olvidado de él? ¿No habrá miedo a cabrearlo, verdad?

- ¿Se puede enviar un mensaje y transmitir que si te estás calladito, no te acusaremos “muchito”?

En definitiva, hay muchas cuestiones sin respuestas, pero lo que queda claro, es que a mucha gente no le conviene que en este caso no salga toda la verdad, ya que podríamos encontrarnos con una deporte español, “enfermo”, “falso” y sobre abierto a sanciones, y esto señores míos es muy grave, ya que en Europa, hay países que cuando sancionan, lo hacen en serio.