Cuerpo 2.0

 Como siempre han tenido que ser los americanos, los que ponen carácter científico al saber popular. Un estudio de la universidad de Illinois, demuestra que comer delante de la tele, no sólo provoca que sea mayor la ingesta de alimentos, sino que apunta, que estos son de peor calidad.

(Cuerpo 2.0) La tradicional comida en la mesa, ha dado paso al sofá delante de la “caja tonta”, no hay tiempo para todo, por lo que tenemos que superponer tareas. En la mesa, con los progenitores presentes (ahora en la mayoría de los casos trabajan los dos)  las aventuras para la comida “basura” estaba reservada a un día a la semana (en algunos casos). Las madres o padres actuaban como “policía alimenticia” vigilando por la salud de la familia. Ahora,  por el contrario, se ha llegado a una anarquía provocada, suponemos, por la disparidad de horarios.

Una forma de verificar este comportamiento es observar lo que comemos, por ejemplo, durante el seguimiento de un partido de fútbol por televisión. Entre ibéricos, frutos secos y aperitivos varios, al tiempo que disfrutamos del espectáculo le “metemos” un gol a nuestra salud.

En definitiva, no hay que tirar nuestra maravillosa pantalla plana por la ventana, pero quizás deberíamos recuperar esos hábitos que hacen de nuestros momentos de alimentación, instantes saludables.